martes, 6 de diciembre de 2016

TECNICAS DE EVALUACION Y DIAGNOSTICO



EVALUACIÓN Y DIAGNOSTICO DE LESION EN COLUMNA LUMBAR Y CIATICO




SINDROME DEL TUNEL CARPIANO



SINDROME DEL PIRIFORME

DEFORMIDADES DE COLUMNA






TECNICAS DE EVALUACIÓN Y DIAGNOSTICO

EVALUACIÓN DE LA SENSIBILIDAD MECÁNICA Y DE PUNTOS GATILLO MIOFASCIALES EN SUJETOS TRAS MENISCECTOMIA

Autora: Bárbara Torres Chica
RESUMEN
Objetivo: Describir la presencia de puntos gatillo miofasciales en los músculos de la pierna en sujetos que han recibido meniscectomía mediante cirugía artroscópica con anestesia local.
Métodos: Participaron 20 pacientes con cirugía de menisco (media edad: 55 ± 12 años) y 10 controles sanos (media edad: 49 ± 12 años). La intensidad del dolor fue medida mediante escala numérica. Los Puntos Gatillo Miofasciales (PGM) fueron explorados en los músculos tensor de la fascia lata, recto anterior, vasto medial y vasto lateral del cuádriceps, aductor mayor, aductor medio, isquiotibiales internos (semimembranoso, semitendinoso), isquiotibiales externos (bíceps femoral), gastrocnemio interno y gastrocnemio externo. El umbral de dolor a la presión (UDP) fue evaluado de forma bilateral sobre el músculo vasto interno, vasto externo, tendón rotuliano, tibial anterior y segundo-tercer metacarpiano.
Resultados: Los pacientes presentaron PGM latentes en mayor proporción sobre el vasto interno (p=0,019), vasto externo (p=0,008), isquiotibiales internos (p=0,016) y externos (p= 0,043), y gastrocnemio interno (p=0,028) y externo (p= 0,042). Los PGM activos solo se encontraron en el grupo de pacientes (P<0,01). Los pacientes presentaron UDP bilateralmente más bajos en el músculo tibial anterior comparado con los sujetos sanos (p<0,001). A su vez, los UDP sobre el músculo vasto interno y el tendón rotuliano del lado operado fueron significativamente menores que los del lado no operado en el grupo de pacientes y que ambos lados en el grupo de controles (p<0,05).
Conclusiones: El presente estudio encontró que los sujetos que son sometidos a meniscectomía mediante artroscopia con anestesia local desarrollan PGM activos en el músculo vasto interno y externo, los isquiotibiales y gastrocnemios en el lado operado y muestran UDP menores sobre el músculo vasto interno y el tendón rotuliano como signo de sensibilización periférica.
Son necesarios futuros estudios para determinar el grado de sensibilización central presente en estos pacientes.
Palabras clave: menisco, artroscopia, punto gatillo miofascial, umbral dolor, sensibilización.
INTRODUCCIÓN
Las lesiones de menisco son la segunda lesión de la articulación de la rodilla más común, con una incidencia del 12% al 14% y una prevalencia de 61 casos por 100.000 habitantes. (1) 
na alta incidencia de desgarros meniscales se produce asociada a una lesión en el ligamento cruzado anterior (LCA), con una prevalencia que va del 22% al 86%. (2)
Dentro de los tratamientos quirúrgicos recomendados para esta lesión destacan el lavado y desbridamiento artroscópico, reparación de micro-fracturas, implantación autóloga de condrocitos, y trasplante de injerto osteocondral. (3,4) La cirugía artroscópica de rodilla se realiza aplicando pequeños cortes en la rodilla, introduciendo una pequeña cámara que permita observar su interior e introduciendo otros instrumentos médicos que permitan la reparación de las estructuras lesionadas. (Ilustración 1)
Ilustración 1. Cirugía artroscópica de rodilla con anestesia local en imágenes
Los diferentes tipos de anestesia asociados a este tipo de cirugía son: la anestesia local, la anestesia raquídea o regional y la anestesia general. (5) La anestesia local consiste en que la rodilla se desensibiliza con anestésicos y el paciente permanece despierto. (5) La mayor complicación potencial de una artroscopia de rodilla es la infección. (6) Otros riesgos adicionales de esta cirugía pueden ser: sangrado dentro de la articulación de la rodilla; daño al cartílago articular, los meniscos o los ligamentos en la rodilla; coágulo de sangre en la pierna, lesión a un vaso sanguíneo o a un nervio, infección en la articulación de la rodilla y/o rigidez de la rodilla. (7) Debido al daño tisular que se provoca sobre el tejido muscular que rodea a la articulación, es posible que el acto quirúrgico provoque lesiones musculares adyacentes.
Dentro de las lesiones musculares, los puntos gatillo miofasciales (PGM) juegan un papel predominante. (8) Los PGM se definen como un nódulo hipersensible dentro de una banda tensa localizada en un músculo esquelético, doloroso a la contracción, estiramiento o estimulación manual, que dan lugar a dolor referido, además de fenómenos autónomos referidos y alteración de la propiocepción. (8)
Los PGM activos son aquellos cuyo dolor local y referido reproduce los síntomas que manifiesta el paciente y este síntoma es reconocido por el mismo como una queja habitual. (8) Los PGM latentes son aquellos cuyo dolor local y referido (solo a la palpación) no reproduce los síntomas que manifiesta el paciente. Aunque los PGM latentes no causan síntomas clínicos a priori, sí producen disfunciones motoras en igual significación que los PGM activos. (8, 9) De hecho, los PGM latentes presentan hallazgos físicos durante la exploración, similares a los PGM activos. No obstante, los PGM activos producen síntomas clínicos y hallazgos más evidentes en la exploración física que los PGM latentes. Además de estas características distintivas relativas al dolor y sensibilidad entre PGM activos y latentes, existen diferencias fisiológicas fundamentadas en hallazgos histoquímicos. Shah et al. han encontrado mayores concentraciones de sustancias algógenas y mediadores químicos (bradicinina, serotonina, noradrenalina, interleucina 1 o sustancia P) en PGM activos en comparación con PGM latentes o sujetos que no presentan PGM, así como un PH disminuido. (9) Es posible que el acto quirúrgico de la meniscectomía pueda activar la presencia de PGM en pacientes tras rotura de menisco.
HIPOTESIS Y OBJETIVOS
Hipótesis
Los sujetos intervenidos con cirugía artroscópica mediante anestesia local muestran una mayor presencia de PGM activos en la musculatura de miembros inferiores y un menor umbral de dolor a la presión en comparación con sujetos sanos.
Objetivos
1. Evaluar la presencia de PGM en determinados músculos del miembro inferior entre pacientes operados de cirugía artroscópica con anestesia local y sujetos sanos.
2. Evaluar la diferencia en el umbral de dolor a la presión (UDP) entre pacientes operados de cirugía artroscópica con anestesia local y sujetos sanos.
MATERIAL Y MÉTODOS
Participantes
Los pacientes han sido reclutados en el Hospital San Camilo de Madrid. Dentro de los criterios de inclusión se encuentran:
a) sujetos diagnosticados por especialista en traumatología de meniscopatía y que han recibido meniscectomía mediante cirugía artroscópica con anestesia local.
b) sujetos de ambos sexos con edades comprendidas entre 18 y 65 años.
c) sujetos que otorgan consentimiento informado por escrito.
d) ausencia de dolor en cualquier otra localización corporal a excepción de la rodilla intervenida en el momento del estudio.
Criterios de exclusión:
a) sujetos con antecedentes quirúrgicos de la rodilla.
b) diagnóstico médico de radiculopatía en miembros inferiores o ciatalgia o presencia de signos de afectación neurológica.
c) diagnóstico de artritis reumatoide u otros procesos sistémicos articulares. (10)
d) sujetos que presenten otras patologías previas degenerativas de rodilla (condromalacia rotuliana, artrosis, etc).
e) diagnóstico de fibromialgia de acuerdo con el Colegio Americano de Reumatología. (11)
f) cualquier tipo de alteración cutánea en la zona a explorar que pudiera interferir con la alteración de la percepción del dolor.
g) embarazo.
h) pacientes diagnosticados de depresión y/o trastornos psiquiátricos.
Como grupo control se incluyeron sujetos sanos, diestros, que no presentasen patología de rodilla previa, afectación de menisco, y/o cirugías previas. Los sujetos que formaron el grupo control fueron reclutados de la población general. El empleo de sujetos sanos se justifica ante la inexistencia en la investigación clínica de los efectos aquí estudiados, considerando la necesidad lógica de analizar estos efectos en población sana, como paso previo a un ensayo en población con dolor de rodilla de otro origen o con el mismo paciente antes y después de la cirugía.
Intensidad de dolor
La intensidad del dolor fue medida mediante una escala numérica (12). El paciente asigna al dolor un valor numérico entre dos puntos extremos (0 a 10), donde cero es la ausencia de dolor y diez es la máxima intensidad. La escala es discreta, no continua y es útil como instrumento de medida para valorar el dolor. En este estudio se preguntó a los pacientes por el dolor medio que experimentaban tras la cirugía. Se registró el dolor referido por el paciente en un mapa anatómico.
Exploración de Puntos Gatillo Miofasciales
Los Puntos gatillo miofasciales (PGM) se valoraron bilateralmente en los músculos: tensor de la fascia lata, recto anterior, vasto medial y vasto lateral del cuádriceps, aductor mayor, aductor medio, isquiotibiales internos (semimembranoso, semitendinoso), isquiotibiales externos (bíceps femoral), gastrocnemio interno y gastrocnemio externo por un investigador con más de 8 años de experiencia en el manejo de PGM. (Ilustración 2)
Ilustración 2. Exploración de los Puntos Gatillo Miofasciales (PGM) en el vasto medial del cuádriceps
El diagnóstico del PGM fue realizado siguiendo los criterios descritos por Simons et al. (8) y Gerwin et al. (13): a) presencia de una banda tensa palpable en el músculo, b) presencia de hipersensibilidad en el punto de la banda tensa, c) respuesta de espasmo local provocada por la palpación perpendicular de la banda tensa, y, d) presencia de dolor referido distante en respuesta a la compresión del PGM.
Los PGM fueron considerados activos cuando el dolor local y el referido producido por la compresión digital reprodujeron cualquier síntoma doloroso que el paciente experimental y que reconociese como familiar. (8,13) Los PGM fueron considerados latentes cuando el dolor local y referido producidos por la compresión digital no reproducía ningún síntoma doloroso reconocido por el paciente. (8,13) Después de la palpación de los PGM en cada músculo a los participantes se les realizó la siguiente pregunta: “Cuando presiono este músculo ¿siente usted algún dolor local o en otra parte distante (dolor referido)? Por favor, dígame si el dolor que siente durante la compresión digital reproduce o es parecido a los síntomas de dolor que usted sufre”.
Algometría
El Umbral de Dolor a la Presión (UDP) es definido como la mínima cantidad de presión donde la sensación de presión cambia a dolor. (14) Para la medición del UDP se utilizó un algómetro de presión (WAGNER Force Dial TM FDK 20/FDN 100 Series Push Pull Force Gage, Greenwich CT, USA), cuantificado en kg/cm2, con un rango de presión de entre 0 y 10 kg/cm2. Se informó a los sujetos que avisasen cuando la sensación de presión se convirtiese en dolor. Se utilizó la media de tres medidas para el análisis dejándose un periodo de descanso de 30 segundos entre cada una de las mediciones. La ilustración 3 muestra la medición del UDP en el vasto medial del músculo cuádriceps y sobre el tendón rotuliano.
Ilustración 3. Umbrales de dolor a la presión en el vasto medial del cuádriceps y en el tendón rotuliano
Procedimiento
El protocolo de estudio fue el mismo para los pacientes y los controles. El investigador encargado del estudio entregó y explicó a cada participante el cuestionario a cumplimentar, lo que permitió comprobar los criterios de inclusión-exclusión. A los pacientes que cumplieron los criterios se les entregó la hoja de información y el consentimiento informado. Se recomendó a los participantes que no ingiriesen analgésicos o relajantes musculares las 24 horas previas a la valoración.
Los PGM fueron valorados en los músculos tensor de la fascia lata, recto anterior, vasto medial y vasto lateral del cuádriceps, aductor mayor, aductor medio, isquiotibiales internos (semimembranoso, semitendinoso), isquiotibial externo (bíceps femoral), gastrocnemio interno y gastrocnemio externo de forma bilateral. El orden de los músculos valorados fue aleatorizado entre los pacientes. Se preguntó a los participantes si podían identificar el dolor que padecían en un mapa anatómico de su rodilla.
Los UDP fueron valorados de forma bilateral sobre el vasto interno, vasto externo, tendón rotuliano, tibial anterior y entre segundo-tercer metacarpiano. El orden de los puntos fue de nuevo aleatorizado entre los pacientes.
Las exploraciones fueron llevadas a cabo por el mismo investigador el cual no aplicó técnica de cegamiento en los participantes debido a la cicatriz de la cirugía.
Análisis estadístico
Los datos fueron introducidos en el paquete estadístico SPSS (versión 18.0) para su análisis. Los resultados se expresan como media con su desviación estándar (DE) en el caso de variables numéricas y frecuencias en el caso de variables categóricas. La prueba de Kolmogorov-Smirnov demostró que los valores de las variables numéricas mostraban una distribución normal (P>0,05). Las diferencias en la distribución de la presencia de PGM (activos, latentes o nada) entre pacientes que han recibido artroscopia de rodilla y sujetos sanos se analizaron mediante la prueba de chi cuadrado (χ2). Para el cálculo de las diferencias en los UDP se realizó un análisis de la varianza (ANOVA) de dos vías con lado (operado-no operado en pacientes; dominante-no dominante en sanos) como factor intra-sujeto, y con grupo (pacientes, controles) como factor inter-sujeto. El análisis estadístico se realizó con un intervalo de confianza del 95%, por lo que se consideraron valores significativos aquellos cuya P fuese < 0,05.
RESULTADOS
Características clínicas de la muestra
Finalmente 20 pacientes, 6 varones y 14 mujeres, de edades entre 49 y 61 años (media edad: 55 ± 12 años), cumplieron todos los criterios de inclusión, firmaron el consentimiento informado y aceptaron participar. A su vez, se incluyeron 10 sujetos, 4 varones y 6 mujeres, de edades entre 45 y 60 años (media edad: 49 ± 12 años) como grupo control. Los pacientes en el grupo de artroscopia mostraron una duración media de los síntomas antes de la cirugía de 2,4 años (95% IC 1,5 - 4,3). La intensidad media del dolor fue de 3 ± 2 (95% IC 2 - 4). El tiempo transcurrido desde la cirugía hasta la exploración fue de 4,7 ± 2 (95% IC 2,8 - 6,4) días. Doce de los pacientes (n=12, 60%) recibieron la cirugía en la rodilla izquierda y los restante 8 (40%) en la rodilla derecha.
Presencia de PGM en pacientes tras artroscopia de rodilla
El análisis cualitativo no encontró diferencias significativas en la presencia de PGM activos o latentes entre pacientes tras artroscopia y sujetos sanos para: el M. TENSOR DE LA FASCIA LATA, operado-dominante: χ2=1,674 - P=0,196; no operado-no dominante: χ2=0,545- P=0,761; RECTO ANTERIOR DEL CUADRICEPS, operado-dominante: χ2=0,705 - P=0,703; no operado-no dominante: χ2=3,750 - P=0,153; VASTO INTERNO, no operado-no dominante: χ2=2,156 - P=0,340; ISQUIO EXTERNO, no operado-no dominante: χ2=3,868-P=0,145; ADD MAYOR, operado-dominante: χ2=0,563 - P=0,751; no operado-no dominante: χ2=0,072 - P=0,789; ADD MEDIO, operado-dominante: χ2=0,938 - P=0,333; no operado-no dominante: χ2=2,131 - P=0,144; GASTROCNEMIO INTERNO, no operado-no dominante: χ2=2,262-P=0,323;  GASTROCNEMIO EXTERNO, no operado-no dominante: χ2=2,158-P=0,340.
Sí se encontraron diferencias significativas en la presencia de PGM latentes entre sujetos tras artroscopia de rodilla y los sujetos sanos para el M. VASTO INTERNO, operado-dominante: χ2=7,875-P=0,019; VASTO EXTERNO, operado-dominante: χ2=9,750 - P=0,008; no operado-no dominante: χ2=4,675- P=0,045, ISQUIO INTERNO: operado-dominante: χ2=4,565-P=0,046; no operado-no dominante χ2=5,455 -P=0,016; ISQUIO EXT: operado-dominante: χ2=4,750-P=0,043; GASTR INTERNO: operado-dominante: χ2=4,800 - P=0,028; GASTR EXTERNO: operado-dominante: χ2=4,385 - P=0,042. Es decir, los pacientes que han recibido una artroscopia de rodilla presentaron mayor número de PGM latentes que sujetos sanos. Además, únicamente los pacientes intervenidos presentaron PGM activos (p<0,05). Las tablas 1-2 muestran la distribución de los PGM en los sujetos con artroscopia y en los sujetos sanos.
Tabla 1. Distribución de los Puntos Gatillo Miofasciales (PGM) en pacientes tras artroscopia de rodilla
Tabla 2. Distribución de los Puntos Gatillo Miofasciales (PGM) en sujetos sanos
Umbrales de dolor a la presión (UDP)
El ANOVA no reveló diferencias significativas entre grupos ni lados para el M. VASTO INTERNO: grupo: F=2,477; P = 0,121 - lado: F=0,558; P = 0,458; VASTO EXTERNO: grupo: F=0,204; P = 0,653 - lado: F=0,132; P = 0,718; TENDÓN ROTULIANO: grupo: F=0,176; P = 0,676 - lado: F=1,520; P = 0,223; y, SEGUNDO METACARPIANO: grupo: F=2,602; P = 0,112 - lado: F=0,001; P = 0,971. Si se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre grupos, pero no entre lados, para el M. TIBIAL ANTERIOR: grupo: F=32,731; P < 0,001 - lado: F=0,791; P = 0,378. De esta forma, los pacientes que habían recibido artroscopia mostraban UDP menores de forma bilateral en el músculo tibial anterior comparado con los sujetos sanos.
A su vez, el ANOVA reveló una interacción grupo * lado significativa para M. VASTO INTERNO: grupo* lado: F=3,865; P = 0,045 y TENDÓN ROTULIANO: grupo * lado: F=3,172; P = 0,046, pero no para el M. VASTO EXTERNO: grupo * lado: F=0,360; P = 0,551; MANO: grupo * lado: F=0,003; P = 0,959; y TIBIAL: grupo * lado: F=0,228; P = 0,635. De esta forma, los UDP del músculo vasto interno y tendón rotuliano del lado operado fueron significativamente menores que los del lado no operado en el grupo de pacientes y que ambos lados en el grupo de controles. La tabla 3 detalla los UDP sobre ambos lados en los dos grupos de estudio.
Tabla 3. Umbrales de dolor a la presión en pacientes después de artroscopia de rodilla y sujetos sanos
DISCUSIÓN
El presente estudio encontró que los sujetos que son sometidos a meniscectomía mediante artroscopia con anestesia local desarrollan PGM activos en el músculo vasto interno y externo,  isquiotibiales y gastrocnemios del lado operado, y muestran UDP menores sobre el músculo vasto interno y el tendón rotuliano como signo de sensibilización periférica en comparación con sujetos sanos.
Presencia de PGM en pacientes tras artroscopia de rodilla
El principal resultado del estudio es la presencia exclusiva de PGM activos en músculos como el vasto interno, vasto externo, isquiotibiales y gastrocnemios tras una meniscectomía con anestesia local. El dolor referido inducido por estos PGM reproducía el dolor que los pacientes experimentaban tras la cirugía sugiriendo un papel importante del dolor muscular en los síntomas tras el acto quirúrgico, tal y como se había sugerido antes. (8) No existe ningún estudio previo que haya determinado la presencia de PGM tras una cirugía de rodilla, por lo que la comparación con la literatura existente no es posible.
Nuestro estudio también encontró PGM latentes, tanto en pacientes intervenidos como en sujetos sanos. De hecho, los pacientes que han recibido artroscopia de rodilla presentaron mayor número de PGM latentes que los sujetos sanos. Simons sugirió que los PGM latentes pueden activarse bajo la influencia de diversos factores, tales como un traumatismo muscular, cirugía o actividad mantenida. (15) Es posible que la presencia de PGM latentes en el grupo de pacientes esté en relación con la presencia de alteraciones motoras en la musculatura de la rodilla presentes tras la intervención, por lo que se torna importante su exploración y tratamiento. (8) La presencia de PGM activos y latentes en musculatura relacionada con un acto quirúrgico ya ha sido demostrado en mujeres con dolor tras extirpación de la mama. (16)
Umbrales de dolor a la presión
Nuestro estudio encontró que los pacientes que han recibido meniscectomía tenían UDP inferiores sobre el músculo vasto interno y tendón rotuliano del lado operado, y sobre el músculo tibial anterior de forma bilateral en comparación con los sujetos sanos. Estos resultados pueden sugerir la presencia de una excitación de los nociceptores musculares tras el acto quirúrgico, con el consiguiente incremento de la sensibilidad mecánica en la zona. (17) El hecho de que los UDP del músculo vasto interno y sobre el tendón rotuliano sean los únicos disminuidos puede deberse al papel estabilizador de este músculo en la rodilla y a su inhibición tras la cirugía. También puede deberse a la presencia de la incisión quirúrgica debido a los puertos de entrada de la propia artroscopia. La presencia de una sensibilidad mecánica en el área de la cirugía confirmaría la presencia de una sensibilización periférica tras la artroscopia.
Finalmente, la presencia de UDP menores de forma bilateral sobre los músculos tibiales anteriores hace sugerir la presencia de un proceso de sensibilización central. (17) Sin embargo, esta afirmación debe ser considerada con cautela debido a que éste es un estudio preliminar que necesita confirmación con mayor número de sujetos. Sería lógico pensar que si estos pacientes no reciben el tratamiento adecuado puedan desarrollar dolor crónico y una sensibilización central con el tiempo.
Limitaciones del estudio
No debemos olvidar las limitaciones del estudio. Primero, el pequeño tamaño muestral no permite establecer conclusiones fehacientes en relación a los resultados, por lo que se necesitan estudios con una muestra de mayor tamaño para confirmarlos. Segundo, el diseño transversal del estudio no permite determinar una relación de causa efecto; sin embargo, es de suponer que la presencia de PGM activos en el grupo sometido a artroscopia se debe al acto quirúrgico. Estudios longitudinales que evalúen la presencia de PGM antes de la cirugía ayudarían a esclarecer estas cuestiones. Tercero, la presencia de PGM activos justifica el papel etiológico del dolor muscular en el dolorimiento tras meniscectomía; sin embargo, se necesitan ensayos clínicos aleatorizados con objeto de determinar la efectividad del tratamiento de estos PGM.
CONCLUSIONES
Los pacientes que han recibido una artroscopia de rodilla con anestesia local presentaron PGM activos y mayor número de PGM latentes que los sujetos sanos. Además los pacientes sometidos a cirugía artroscópica presentan UDP menores en el músculo tibial anterior de forma bilateral comparado con los sujetos sanos, y en el músculo vasto interno y el tendón rotuliano del lado operado respecto del lado no operado en el grupo de pacientes y que ambos lados en el grupo de controles.
Son necesarios futuros estudios para determinar el grado de sensibilización central presente en estos pacientes.
AGRADECIMIENTOS
- A la Dra. Ana Isabel de la Llave Rincón, por la dirección de este trabajo.
- Al Dr. César Fernández de las Peñas, Dr. Ricardo Ortega Santiago y Dr. Domingo Palacios Ceña, por su orientación en el diseño y desarrollo del estudio.
- Al Dr. D. César Núñez-Samper Pizarroso, jefe de la unidad de rodilla de USP Hospital San Camilo y a su equipo, por su colaboración y plena disposición durante la investigación.
- A todos los participantes incluidos en el estudio, por su actitud de colaboración y participación desinteresada.
- A mi familia, por su comprensión, paciencia y apoyo incondicional.
BIBLIOGRAFÍA
1.         Man IO, Markland KL, Morrissey MC. The validity and reliability of the Perometer in evaluating human knee volume. Clin Physiol Funct Imaging 2004; 24: 352-358.
2.         O’Connor DP, Laughlin MS, Woods GW. Factors related to additional knee injuries after anterior cruciate ligament injury. Arthroscopy 2005; 21: 431-438
3.         Lewis PB, McCarty LP 3rd, Kang RW, Cole BJ. Basic science and treatment options for articular cartilage injuries. J Orthop Sports Phys Ther 2006; 36: 717-727.
4.         Williams SK, Amiel D, Ball ST, et al. Analysis of cartilage tissue on a cellular level in fresh osteochondral allograft retrievals. Am J Sports Med 2007; 35: 2022-2032.
5.         Dave LYH, Caborn DNM. Outside-In Meniscus Repair: The Last 25 Years. Sports Med Arthros Rev 2012; 20: 77-85.
6.         Majewski M, Stoll R, Widmer H, et al. Midterm and long-term results after arthroscopic suture repair of isolated, longitudinal, vertical meniscal tears in stable knees. Am J Sports Med 2006; 34: 1072-1076.
7.         Abdelkafy A, Aigner N, Zada M, et al. Two to nineteen tears follow-up of arthroscopic meniscal repair using outside- in technique: a retrospective study. Arch Orthop Trauma Surg 2007; 127: 245-252
8.         Simons DG, Travell JG, Simons LS. Dolor y disfunción miofascial. El manual de los puntos gatillo. Volumen 1.  Mitad superior del cuerpo. 2ª ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2002.
9.         Shah JP, Phillips TM, Danoff JV, Gerber LH. An in vitro microanalytical technique for measuring the local biochemical milieu of human skeletal muscle. J Appl Physiol 2005; 99: 1977-84
10.       Hains G, Descarreaux M, Hains F.  Chronic shoulder pain of myofascial origin: A randomized clinical trial using ischemic compression therapy. J Manipul Physiol Ther 2010; 33: 362-369
11.       Wolfe F, Smythe HA, Yunus M, et al. The American College of Rheumatology 1990 Criteria for the Classification of Fibromyalgia. Report of the Multicenter Criteria Committee. Arthr Rheum 1990; 33: 160-172
12.       Jensen MP, Turbner JA, Romano JM, Fisher L. Comparative reliability and validity of chronic pain intensity measures. Pain 1999; 83: 157-162
13.       Gerwin RD, Shanon S, Hong CZ, Hubbard D, Gevirtz R. Interrater reliability in myofascial trigger point examination. Pain 1997; 69: 65-67
14.       Vanderweeen L, Oostendorp RB, Vaes P, et al. Pressure algometry in manual therapy. Man Ther 1996; 1: 258-265
15.       Simons DG. Review of enygmatic MTrPs as a common cause of enygmatica muskuloskeletal pain and dysfunction. J Electromygr vendaje neuromuscularl 2004; 14: 95-107.
16.       Fernandez-Lao C, Cantarero-Villanueva I, Fernandez-de-las-Peñas C, Del-Moral-Avila R, Arendt-Nielsen L, Arroyo-Morales M. Myofascial trigger point in neck and shoulder muscles and widespread pressure pain hypersensitivity in patients with postmastectomy Pain. Clin J Pain 2010; 26: 798-806
17.       Arendt-Nielsen L, Graven-Nielsen T. Translational musculoskeletal pain research. Best Practice Res Clin Rheumatol 2011; 25: 209-226

APARATOS ORTOPEDICOS



CORRECTOR POSTURAL


RODILLERAS



CABESTRILLO


DISMETRIAS Y ARTROGRIPOSIS



DISMETRÍA DE LAS PIERNAS O EXTREMIDADES INFERIORES

Dismetría de las piernas o extremidades inferiores
arriba
Me gusta
 164916
 
297
La dismetría (pierna corta) de los miembros inferiores (DMI) se define como la diferencia o discrepancia en la longitud de las extremidades inferiores; bien sea por exceso (hipermetría), o lo que es más frecuente por defecto (hipometría). Es una patología de frecuente consulta ya que cuando la magnitud de la diferencia es importante conlleva cojera.
Es bastante habitual, alrededor del 10% de los individuos "normales", sin patologías ni discapacidades, presenta una diferencia de longitud menor de 10mm, 
Cuando es muy pequeña apenas se aprecia y el cuerpo lo resuelve por sí mismo adaptándose al desequilibrio, pero si es mayor de 1cm, necesita tratamiento ya que trae consecuencias ascendentes en el tobillo, rodilla, cadera, desequilibrio en la pelvis y hasta una escoliosis en la columna vertebral. Se considera un proceso dinámico, que puede variar, hasta que el paciente llega a la maduración ósea pues depende del cartílago de crecimiento.

Pierna corta o Dismetría. Falsa o verdadera?

A continuación en este vídeo se explica que es la pierna corta o dismetría y cuándo puede ser una falsa o verdadera pierna corta.

Origen o etiología de la dismetría de miembros inferiores o pierna corta

La dismetría verdadera de longitud de miembros inferiores tiene un origen multifactorial, las cuales pueden ser:
  • Idiopática. No existe una causa conocida para la dismetría.
  • Congénita. Hay múltiples causas, algunas son: agenesia (ausencia) del peroné, pie zambo, coxa vara, luxación congénita de cadera.
  • Infecciosa. Osteomielitis, artritis séptica,...
  • Tumores.
  • Traumáticas. Secuelas de la rotura del cartílago de crecimiento, acortamiento del cuerpo del hueso por fractura...
  • Otras causas. Enfermedad de Perthes, radioterapia, cirugía...

Dismetrías de las piernas. ¿Verdaderas o falsas?

Cuando estamos ante una dismetría o discrepancia de longitud de miembros inferiores podemos hablar de:

Dismetría de las piernas o extremidades inferiores  Acortamiento real o auténtica pierna corta (verdadera  dismetría)

La longitud de los huesos de la pierna es realmente diferente entre la dos piernas por alguna de las causas citadas anteriormente.

Dismetría de las piernas o extremidades inferiores  Acortamiento aparente o falsa pierna corta (falsa dismetría)

Se deben principalmente a alteraciones en la alineación de las piernas o inclinaciones en la zona de la espalda por escoliosis o contracturas musculares o bloqueos vertebrales, por una disfunción o alteración sacroilíaca y de la pelvis, cualquier problema en la espalda puede provocar una falsa dismetría. Cuando desaparece el problema en la columna y pelvis desaparece la dismetría, por esto se llama falsa dismetría por qué en realidad con la ayuda de un fisioterapeuta pueden restablecerse el tamaño original de la pierna.

Efectos o consecuencias de las dismetrías en miembros inferiores

El que la diferencia entre la longitud de las piernas o dismetría puede ser más o menos acusada y este grado de diferencia puede ser consecuencia de múltiples patologías.
De cualquier manera estas repercusiones no se dan en todos los casos y estarán muchas veces ligadas o provocadas por otros factores añadidos. Es decir sería incorrecto atribuirle a la dismetría la culpa de todos nuestros dolores y disfunciones en general.
Dismetría de las piernas o extremidades inferiores

Enumeración de los problemas más significativos:

Existen problemas que cursan las personas que tienen una dismetría de miembros inferiores sea verdadera o falsa, pero mientras la misma esté presente puede existir:
  • Cuando existe dismetría de los miembros inferiores por sobrecarga del cuadrado lumbar y los paravertebrales suele desarrollarse una escoliosis lumbar funcional.
  • La dismetría de los miembros inferiores contribuye al dolor lumbar imponiendo tensión y sobrecarga muscular crónica.
  • Sólo contribuye a los síndromes de dolor miofascial si la sobretensión crónica activa puntos gatillos en los músculos sobrecargados.
  • Parece contribuir significativamente al desarrollo de osteoartrosis degenerativa de la cadera del lado del miembro inferior más largo, esto también puede ocurrir en la columna escoliótica.
  • Aparición de escoliosis espinal compensatoria en bipedestación. Para evitarlo el paciente coloca el miembro largo hacia un lado o hacia delante cargando sobre el miembro corto, así consigue nivelar la pelvis.
  • Alteración del esquema de marcha; el individuo con dismetría puede mantener la pelvis nivelada a expensas de una flexión plantar forzada y como consecuencia una posible sobrecarga de los glúteos.
  • Aparición de una torsión pélvica asociada, una rotación posterior del iliaco del lado largo que hace descender al sacro o viceversa, una rotación anterior del iliaco del lado corto para ascender el sacro.

Clasificación de las dismetrías o piernas cortas

Las dismetrías o discrepancia de longitud en miembros inferiores tienen la siguiente clasificación.

Dismetría de las piernas o extremidades inferiores  Dismetría menor de 1 cm.

Son con mucho las más frecuentes y no precisan tratamiento ya que no producen alteraciones de la marcha ni son causa de escoliosis.
Algunos podólogos y rehabilitadores suponen que son causa de lumbalgia y que mejoran cuando se coloca un alza (plantilla)

Dismetría de las piernas o extremidades inferiores  Dismetría de entre 1,5 – 4 cm.

Colocación de un alza para compensar la diferencia de longitud de las extremidades inferiores, con más complicaciones que la anterior y con una caída de una hemipelvis, de no colocar el alza el desequilibrio de la hemipelvis es grande, en ésta si se puede presentar con facilidad una escoliosis y problemas asociados.

Dismetría de las piernas o extremidades inferiores  Dismetría de entre 4 – 10 cm.

  Esta dismetría se recupera con una elongación ósea progresiva mediante un fijador externo, se aplica una fractura quirúrgica del hueso y alargamiento progresivo del hueso en la medida que este va generando callo óseo, esta cirugía por supuesto debe ser con un médico experto y realizar medidas exactas con técnicas de imagen. así como el seguimiento post-operatorio.

Dismetría de las piernas o extremidades inferiores  Dismetría mayor de 10 cm.

Son realmente los casos más complejos de tratar. La primera opción que se les ofrece al paciente es la abstención quirúrgica de la extremidad, es decir, la amputación y uso de prótesis.

¿Cómo puedo medir mi dismetría?

Existe un método algo ortodoxo pero que resulta y puedes hacer en tu casa para cuantificar el grado de dismetría, y para ello necesitarás de un ayudante el cual deberá colocar sus manos en tus crestas ilíacas de la pelvis de modo que la cresta encaje entre dedo pulgar e índice de ambas manos, de éste modo se puede apreciar si una hemipelvis es decir una mitad de la pelvis está caída, entonces quiere decir que hay que colocar un alza en el lado de la pelvis caída para compensar, para ello vamos a utilizar un libro cualquiera éste libro en el piso será el alza donde la persona deberá pisar sobre él, entonces en función de la cantidad de páginas que coloquemos podemos determinar que tán grande es la dismetría.
Puedes leer este artículo: DISMETRIA: CÓMO SABER SI UNA PIERNA ES CORTA

Tratamiento de la dismetría o pierna corta verdadera y falsa.

Existen diferentes métodos terapéuticos para compensar una dismetría en función de la magnitud de la discrepancia, pronóstico, etiología, talla y edad.

Dismetría de las piernas o extremidades inferiores  Alza o plantilla

Con el objetivo de compensar el acortamiento de la dismetría se puede utilizar una plantilla que se coloca en el interior del calzado y que tendrá el grosor que decidamos para compensar la dismetría. Eso sí, será importante que la medición esté bien realizada ya que actualmentese ponen muchas plantillas o alzas en falsas piernas cortas.

Dismetría de las piernas o extremidades inferiores  Añadido en el calzado

En dismetrías superiores a 0,75 a 1 cm y dependiendo del calzado usado por la persona, no podremos poner toda la medida en la plantilla pues podemos tener dificultades para que entre el pie en el calzado y se deberá añadir una parte fija sumándola a la suela, labor que tendrá que realizar un zapatero y que de cualquier manera solo se podrá realizar en calzados de suela más o menos lisa.

Dismetría de las piernas o extremidades inferiores  Solución quirúrgica

En dismetrías mucho mayores solo quedará la cirugía para corregír de forma definitiva esta diferencia de longitud. Os dejo un artículo que describe la técnica quirurgica empleada
Nunca se deben emplear este tipo de alzas en falsas dismetrías, ya que en este caso la aparente diferencia de longitud es la consecuencia de un desequilibrio en la pelvis y en la columna que ha de ser el objetivo a tratar por el fisioterapeuta.

Conclusión

La dísmetría es una condición que va a tener excelentes resultados con la evaluación y tratamiento de un médico con especialidad en traumatología y ortopedía, podólogo y fisioterapeuta ya que por lo general para corregir la deformidad se deberá indicar un alza (plantillas) la cual debe ser confortable y de uso prolongado, además se deberá corregir la pisada y el fisioterapeuta deberá aplicar técnicas necesarias para el adecuado funcionamiento de las articulaciones y músculos incluyendo la zona lumbar (si ha sufrido o no escoliosis como consecuencia de la dismetría) , las caderas, rodillas y tobillos, indicar ejercicios para una marcha óptima ya que el cuerpo anteriormente estaba adaptado a la dismetría que al colocar el alza se vuelve a sentir extraño, pueden aparecer dolores en otros lugares, desplazamientos exagerados del centro de gravedad o patrones de movimiento anormales, recuerda siempre consultar a un profesional.

DEFORMIDADES DE LA COLUMNA

Deformidades De La Columna
viñetaTipos de escoliosis
viñetaClasificación
viñetaCribado e historia clínica
viñetaExploración física
viñetaExploración radiográfica
viñetaTratamiento
viñetaEtiología
viñetaClasificación
viñetaIncidencia
viñetaDiagnóstico
viñetaHistoria natural
viñetaTratamiento
viñetaObservación
viñetaCorsé
viñetaOtras alternativas no quirúrgicas
viñetaTratamiento quirúrgico





Aspectos generales

La escoliosis es una deformidad de la columna en la cual hay una curvatura lateral mayor de 10 grados, una rotación de los cuerpos vertebrales sobre un eje vertical y alteraciones estructurales de estos. Un 5% de la población presenta curvas de 5° de desviación lateral, lo que se considera normal.
Tipos de escoliosis
Escoliosis no estructurada
También llamada actitud escoliótica y escoliosis funcional.
La columna es estructuralmente normal con una curvatura lateral, sin ningún tipo de rotación vertebral, y ninguna asimetría del tronco. En este caso las alteraciones estructurales de partes blandas (ligamentos) y óseas de la columna están ausentes, conservando la anatomía y la función normal. Son corregibles de forma voluntaria por el paciente o pasivamente por el explorador.
Tipos de escoliosis no estructurada:
  • Postural: se corrige cuando el niño se acuesta.
  • Compensatoria: causado por  discrepancia en longitud de las piernas; no hay rotación de las vértebras.
  • Ciática: aparece como resultado de intentar evitar el dolor del nervio ciático irritado (actitud antiálgica).
  • Inflamatorio: causado por un proceso contagioso por ejemplo una apendicitis.
  • Histérica: muy raro y tiene un componente psicológico  subyacente.
Estas escoliosis se estructuran muy difícilmente y, sin embargo pueden ser dolorosas. El dolor proviene de las articulaciones de las carillas posteriores intervertebrales, que en el raquis lumbar están preparadas para movimientos de flexo-extensión y no de lateralización.
 
Escoliosis estructurada
Son aquellas en que la columna ha sufrido alteraciones anatómicas en alguno de sus componentes, o en su conjunto, de carácter definitivo o no corregible voluntariamente por el paciente.
Implica curvatura lateral y rotación axial de los cuerpos vertebrales, provocando que en función del grado de rotación pueden ser leves o severas.
Los cuerpos vertebrales están acuñados, y hay retracción de las partes blandas en especial a nivel del ápice de la curva, lo que hace que este tipo de curvas sea muy poco corregible voluntariamente por parte del paciente.

Otra característica de estas escoliosis estructuradas es que son progresivas y aumentan a gran velocidad durante el período de crecimiento, para disminuir, pero sin dejar de progresar, una vez alcanzada la maduración ósea. Son las escoliosis verdaderas.
Concepto de curva primitiva: es la primera que aparece y es la más extensa. Suele ser central y el tórax se desvía hacia su concavidad. Las vértebras de esta curva presentan torsión.
Concepto de curvas secundarias: son periféricas, no estructuradas y de radio más pequeño..
Concepto de escoliosis equilibrada: La curva escoliótica está equilibrada o compensada cuando la suma de los valores de las curvas secundarias es igual al valor de la curva primitiva. Se demuestra dejando caer una plomada desde C7 hasta el pliegue interglúteo.
Clasificación
Clasificación topográfica de las escoliosis
  • Dorsal: abarca las vértebras torácicas y suele ser de convexidad derecha.
  • Lumbar: incluye las vértebras lumbares.
  • Dorsolumbar: puede ser una sola curva, implicando vértebras de ambas regiones, o bien una doble curva, teniendo una convexidad dirigida a cada una de las regiones. Estas dos curvas son primitivas y pueden originar dos curvas periféricas secundarias.
  • Cervicodorsal: Son raras.
Las causas incluyen enfermedades neuromusculares (parálisis cerebral, poliomielitis o distrofia muscular), defectos del nacimiento (hemivértebra), traumatismos, procesos inflamatorios, tumores (neurofibromatosis), factores metabólicos, desórdenes del tejido  conectivo y enfermedades reumáticas. En muchos casos, las causas son idiopáticas.
Tipos de escoliosis estructurales según la etiología: 
 
  • Idiopática: etiología desconocida.
  • Infantil: evoluciona durante los primeros tres años de la vida.
  • Neuromuscular: asociada  a una amplia variedad de enfermedades neurológicas o musculares incluyendo parálisis cerebral, tumores de la médula espinal, mielomeningocele (paralítico), y  atrofia muscular espinal.
  • Miopática: asociada con ciertas distrofias musculares.
  • Congénita: anomalías congénitas del  desarrollo vertebral tales como defecto de la formación o de la segmentación.

Definiciones
Signo de Risser: Es un signo de maduración ósea. Consiste en la osificación de la apófisis de la cresta ilíaca, que se inicia de adelante hacia atrás, es decir, de espina ilíaca anterosuperior a la espina ilíaca posterosuperior.

Grados Risser : Se divide la apófisis de cresta ilíaca en cuatro cuartos y se habla de Risser 1 si la osificación de la apófisis es del cuarto anterior, Risser 2 si es del segundo cuarto, Risser 3 si es del tercer cuarto, Risser 4 si es del cuarto posterior, Risser 5 la fusión de la apófisis con el ala ilíaca y corresponde a la madurez esquelética y Risser cero cuando no haya ningún signo de osificación de la apófisis de la cresta ilíaca. Cuando mas bajos es el Risser mayor es el riego de progresión de la curva ya que indica que el esqueleto todavía tiene crecimiento considerable. La escala de Risser diferencia entre géneros y entre niños.
Otro índice más fiables es la total osificación y fusión de ánulus óseos vertebrales.
Ángulo Cobb : Es un método de cuantificar el grado de la escoliosis en una radiografía AP. Cuanto mayor es el ángulo de Cobb, mayor es el grado de escoliosis.
Índice de Moe: marca la torsión vertebral. Se evalúa por la imagen de los pedículos y las apófisis espinosas en situación central. Varían desde el grado I en que se ven los pedículos y las apófisis espinosas y el grado IV en el que la apófisis espinosa es lateral y solo se ve uno de los pedículos.
Test de lateroflexión de Ferguson. Consiste en unas radiografías dinámicas con el raquis en flexión lateral; esto permite diferenciar las curvas secundarias y evaluar el balance de las lesiones morfológicas.
Vértebra límite: es la primera y la última que forman parte de la curva. se identifican porque la línea paralela a su soma se sale fuera de la curva escoliótica, y porque el borde de su cuerpo es paralelo al borde del soma de la vértebra superior e inferior respectivamente.
Vértebra neutra: Son aquellas que no tienen componente de torsión. este concepto no tiene porque coincidir con el de vértebra límite, ya que en algunas ocasiones las vértebras límite no son neutras en algunas ocasiones.
Vértebra clave o apical: es la vértebra central de la curva y la que presenta mayor componente de torsión.
Disrafismo: Falta de los elementos posteriores a fundirse alrededor de la médula espinal.
Cribado e Historia clínica
Cribado
El cribado esta dirigido hacia la detección precoz de la enfermedad o de sus precursores con el fin de establecer el tratamiento adecuado. La detección precoz de las deformidades de la columna durante la adolescencia han mejorado substancialmente los resultados finales de esta enfermedad.
El valor de los programas de cribado en las escuelas es discutido debido al elevado número de falsos negativos.
Historia clínica
La historia completa incluye edad de la menarquía, desarrollo de características sexuales secundarias, y patrones de crecimiento recientes. Antecedentes familiares de escoliosis o de otras afecciones musculoesqueléticas que se pueden asociar a deformidad de la columna (la neurofibromatosis o el síndrome de Marfan). Retrasos del desarrollo o trastornos de la marcha pueden reflejar signos tempranos de enfermedad neuromuscular asociada a escoliosis. El inicio del dolor de espalda y las características del dolor de espalda, también son importantes para la anamnesis.
 
Examen físico
El recién nacido puede mostrar signos de disrafismo espinal (senos cutáneos,  vello en la línea media, u otras lesiones cutáneas).
El examen de los niños mayores comienza con una inspección general de la parte posterior en bipedestación. Se observan las asimetrías a lo largo del contorno de la parte posterior: elevación de un hombro, prominencia de un omóplato, desigualdad en el talle, o una gibosidad de las costillas. Asimetrías del tronco, causadas a menudo por deformidades congénitas, se pueden detectar en los primeros años  de la vida.
Niveles de los hombros. Se miden desde el suelo hasta las articulaciones acromioclaviculares. La diferencia entre la altura del hombro alto y la del hombro bajo se mide en centímetros.
También se comparan los niveles del las espinas iliacas anterosuperiores o posterosuperiores y la diferencia se anota en centímetros.
La cabeza debe estar alineada con el sacro, y cualquier desviación de la línea media puede reflejar una deformidad de la columna. Se puede detectar una deformidad dejando caer una plomada desde la apófisis espinosa de C7  a la hendidura glútea. Se anota en centímetros la desviación de la plomada de la hendidura glútea.
La parte anterior del tórax también se explora para detectar cualquier posible deformidad, el pectus excavatum, o el pectus carinatum.
Viendo al paciente del lado, la curva sagital puede ser observado entre occipital y el sacro. La lordosis cervical normal, la cifosis torácica, y la lordosis lumbar mantienen generalmente un equilibrio adecuado de la cabeza y tronco sobre la cintura pélvica. La gama del movimiento es determinada viendo la columna en flexión, extensión, y la látero-flexión.  A menudo es necesaria la látero-flexión pasiva para visualizar la cantidad máxima de flexibilidad de una curva.
Cuando hay dolor, es importante observar la localización exacta estando de pie, sentado y en decúbito prono. Debe observarse la restricción de los movimientos de la columna.
Es importante para la valoración clínica la determinación del grado de  madurez esquelética: estado epifisario en las radiografías de la muñeca,  grado de Risser, estadios de Tanner, la altura sentado y de pie, y edad de la menarquía. Si el estadio de Tanner o la edad de la menarquía no se corresponde con el grado de Risser, la progresión de la curva puede proceder en una proporción diferente.
La medición de la altura de los pacientes en sedestación y en bipedestación se debe tomar cada 3-4 meses. Esto ayuda a determinar el inicio de los brotes del crecimiento del adolescentes  y del potencial rápido de progresión de la curva de la columna. Las variaciones  en la altura en posición de sentado, pueden ser menos que los cambios en posición de bipedestación, y da una valoración mejor de las tasas de crecimiento del tronco.
Las manchas café con leche (>5 en número) y los nódulos subcutáneos de la piel se asocian a neurofibromatosis.
En pacientes con parálisis o deformidades severas, se evalúan aplicando una tracción al individuo.
Tradicionalmente, la prueba de flexión ventral de Adam con un nivel o escoliómetro (un dispositivo de nivel específicamente diseñado para la graduación del ángulo de rotación del tronco, que representa uno de los componentes de la deformidad escoliótica clínica) era utilizado como prueba de investigación para la escoliosis. Las medidas obtenidas de la prueba de flexión ventral de Adam, sin embargo, es difícil de estandardizar y debe ser obtenida solamente cuando haya que tomar decisiones en cuanto al manejo de estos pacientes o para tranquilizar al paciente y a la familia.
Exploracion del paciente desde detras
Exploración radiográfica
El seguimiento radiográfico se hace cada 6-9 meses y se termina cuando se cierran los cartílagos de crecimiento. No obstante en las escoliosis grandes la curva puede progresar 1º por año en adultos. Las curvas menores de 30º generalmente no progresan después del cierre del cartílago de crecimiento.
La columna toracolumbar es relativamente recta en el plano sagital y tiene una doble curva en el plano coronal.

Figura 1: vista de frente y de perfil de una columna normal
Cuando la escoliosis progresa las vértebras rotan hacia la concavidad de la curva. En el lado cóncavo, las costillas se acercan entre si y en el lado convexo se separan.
Con la rotación
  1. Las apófisis espinosas se desvían hacia el lado de la concavidad.
  2. Las costillas siguen la rotación de la vértebra.
  3. La parte posterior de la costilla, en el lado convexo se desvían posteriormente y provoca la típica joroba de las escoliosis torácicas.
  4. La parte anterior de las costillas son desviadas hacia adelante.
*
El estudio radiográfico de una escoliosis comienza con unas radiografías  del raquis completo, en el plano anteroposterior y lateral. Para la medición de los grados de la curva se utiliza el método de Cobb.
*
Otro parámetro a observar es la localización de la curva, dorsal lumbar o combinadas.
*
Una vea medido el ángulo de la curva y la localización, se debe medir el grado de rotación en la vértebra apical de la curva observando la relación del pedículo con la línea media.
*
Finalmente se deben hacer radiografías proyección anteroposterior con el paciente inclinándose en el sentido contrario a la curva, para ver el porcentaje de corrección voluntario que logra el paciente por sí mismo, sin ayuda externa.
Otras proyecciones:
  • Acostado AP y lateral, con ello se elimina el factor gravedad.
  • Sentado AP, para evitar la influencia de la posible dismetría de las extremidades inferiores en las curvas vertebrales.
Este estudio radiológico permite:
  • Establecer patrón de curva
  • Medir las curvas en grados por el método de Cobb.
  • Evaluar la flexibilidad de curva medido en porcentaje.
  • Evaluar rotación de los cuerpos vertebrales.
  • Saber maduración ósea a través del Signo de Risser.
Tratamiento

La meta fundamental de tratar cualquier tipo de escoliosis es la prevención de la progresión de la magnitud de la curva y la preservación de la función pulmonar y cardiaca.
Las radiografías deben considérese solamente cuando un paciente tiene una curva que pudo requerir tratamiento o podría progresar a una etapa que requería  tratamiento (generalmente 40 grados). Esta determinación es hecha por el cirujano ortopédico.
El manejo de la escoliosis congénita consiste en radiografías para determinarse si la deformidad está empeorando. Si el empeoramiento es de 5-10 grados o más  esta indicada la fusión quirúrgica sin importar la edad del niño.
Hay controversia en cuanto a las indicaciones del corse. Las tendencias en los últimos 20 años es que solo hay que usar corsé  curvas más significativas (20-50 grados).
La cirugía, colocación de barras, e injertos de hueso pueden ser necesarios para conseguir  una corrección parcial o completa en adolescentes con grados de curvas >45.
El tratamiento de la escoliosis neuromusculares se dirige a preservar la función pulmonar  y a permitir sentarse verticalmente. Hay discusión si la estabilización quirúrgica de la deformidad mejora la función pulmonar. La cirugía puede no ser recomendado si la esperanza de vida del niño es menos de 2 años.
El tratamiento quirúrgico de la escoliosis paralítica consiste en corregir la deformidad cuando la curva excede de 40 grados. Si una curva  progresa rápidamente, la médula se debe intentar evitar el desarrollo de una siringomielia postraumática. La siringomielia postraumática es complicación relativamente rara, pero potencialmente devastadora. Si no se trata puede dar lugar a la pérdida de función, dolor crónico , paro respiratorio, o muerte. El tratamiento de la escoliosis secundaria a la neurofibromatosis consiste en la intervención quirúrgica agresiva temprana. El corsé es ineficaz para curvas distróficas anguladas crónicas.
 

ESCOLIOSIS IDIOPÁTICA
 

La escoliosis idiopática representa la forma mas frecuente de escoliosis. Puede pasar clínicamente desapercibida o provocar una deformidad muy severa.
Las curvas menores de 10º deben considerarse como normales e intranscendentes.

Las curvas mayores y progresivas tienen una prevalencia en mujeres.
La escoliosis es una enfermedad típicamente evolutiva, cuyo patrón de evolución no sigue una norma fija, siendo lo único estable la progresión de la enfermedad coincidiendo con el fin del crecimiento del sujeto.

Hay un patrón de herencia dominante o de gen múltiple.

Etiología 

A pesar de toda la investigación desarrollada en los ultimas años no se ha encontrado la causa que determine la aparición de la escoliosis idiopática. Se han propuesto múltiples alteraciones en los diferentes tejidos como la causa básica de la escoliosis. Se han encontrado anomalías en el esqueleto axial, en los tejidos neuromusculares, en el colágeno, en el crecimiento y en las hormonas. Sin embargo no se ha encontrado una causa única, por el contrario la teoría etiológica aceptada es la multifactorial. Se debe referir a la escoliosis como el resultado de muchos diferentes factores que pueden cambiar en numero y/o grado de severidad de un niño escoliótico a otro.

Otro punto de controversia importante es si las anomalías encontradas son primarias o secundarias. Muchos de estos factores anormales son probablemente el reflejo de la deformidad.

Los únicos factores que juegan un papel probado en el desarrollo de la escoliosis son los genéticos. Otros factores apoyados por numerosos autores son anormalidades en el sistema neuromuscular ya sea en el tronco del encéfalo como en el sistema del equilibrio.
Parece ser que existe relación con el desequilibrio en el sistema ocular o laberíntico.

La lordosis del ápex de una escoliosis es el primer cambio que se puede apreciar en un niño que tiene una columna recta y progresa a una escoliosis.

La columna torácica rota a la derecha en la mayoría de los casos. Las curvas torácicas izquierdas no son idiopáticas en un gran número de casos.

Hay asociada un gran prevalencia de malformación de Arnold-Chiari y siringomielia.

Clasificación:
  1. Tradicional:
  • Escoliosis idiopática Infantil: 0-3 años de edad, pueden resolverse espontáneamente.
  • Escoliosis idiopática Juvenil: 4-9 años de edad, coincidiendo con un brote de crecimiento. Es la más grave ya que, debido a su naturaleza evolutiva, tiene mucho tiempo por delante hasta la detención del crecimiento. Puede causar grandes deformidades.
  • Escoliosis idiopática del Adolescente: 10 años - Madurez esquelética. En orden de frecuencia su topografía es: dorsolumbar (T8-L2), Dorsal (T3-T8), lumbar (L1-L5) suele ser de convexidad izquierda y presentarse en adolescentes mayores.
  1. Según el inicio de la deformidad:
  • Inicio Precoz: Inicio antes de los 5 años. Puede significar una enfermedad muy grave.
  • Inicio Tardío: Inicio después de los 5 años de edad. Por lo general sólo representará un problema estético.
Incidencia:

La incidencia de la escoliosis en la población depende fundamentalmente de la definición dada a la misma y del método de detección utilizado. La presencia de escoliosis se confirma sólo cuando existe una curva vertebral superior a los 10° Cobb, en una radiografía en bipedestación ( Scoliosis Research Society).

Con esta definición en grados se puede decir que la incidencia de escoliosis en la población de riesgo (escolares de 10 a 16 años de edad) es aproximadamente del 2% al 3%. A medida que la curva aumenta la incidencia disminuye.

Existe un predominio general femenino de 3.6 a 1. Cuando las curvas son pequeñas la incidencia es parecida en ambos sexos, sin embargo en las curvas importantes el predominio femenino es abrumador

La historia natural y estudios epidemiológicos indican que menos del 1% de la población investigada y menos del 10% de la población con escoliosis necesitará un tratamiento activo.

Diagnóstico:
  1. Exploración Clínica.

    Existen cuatro tipos principales de curvas escolióticas que reciben el nombre por su localización en la columna.
  • Curva Torácica: El ápex se encuentra localizado entre las vértebras T2 y T11. Suelen ser de convexidad derecha.

    Hallazgos clínicos: Asimetría de cinturón escápulo-humeral; Asimetría escapular; Desequilibrio de Tronco, (Plomada desde C7 a surco interglúteo); Giba costal en el Test de Adam. Disminución de la cifosis torácica fisiológica.
  • Curva Lumbar: El ápex localizado entre las Vértebras L2 y L4. Suelen ser de convexidad izquierda.

    Hallazgos clínicos: Asimetría de flancos con aplanamiento del correspondiente a la convexidad de la curva. Prominencia de musculatura paravertebral en el Test de Adam.
  • Curva Toracolumbar: El ápex se encuentra localizado en T12 L1. Mas frecuentes de convexidad izquierda.

    Hallazgos clínicos: Desequilibrio de Tronco; Asimetría de flancos; Giba costal baja; A veces asimetría escapular.
  • Curva Doble Mayor torácica y lumbar: Suelen ser torácicas derechas y lumbares izquierdas.

    Hallazgos clínicos: Los de las curvas torácicas y lumbares. Sin embargo suelen estar mas atenuados. También existe una discrepancia en la altura del tronco con respecto a la de los miembros inferiores. El tronco es mas corto en relación a las extremidades.
  • Otras curvas: Suelen ser menos frecuentes formándose a expensas de uniones de los patrones de curvas principales: Curvas Cervicotorácicas, Dobles Torácicas y Torácicas Toracolumbares.
  1. Exploración radiológica.

    Estudio radiológico necesario para un correcto diagnostico de la deformidad.
  • Radiografía completa de columna: 2 proyecciones  en Bipedestación
  • Tests de inclinación (Flexibilidad Vertebral): Cuando se quieran identificar curvas principales y secundarias o cuando se vaya a realizar tratamiento quirúrgico para un correcto planteamiento de la estrategia quirúrgica.
  • Otros estudios: Radiografía de la mano y muñeca izquierdas para confirmar edad ósea;
  • RM cuando se sospecha patología intrarraquídea.
Historia natural

El tratamiento de cualquier proceso es un intento de modificar su historia natural. Es por tanto muy importante conocer la historia natural de la escoliosis si se quiere realizar el tratamiento más eficaz que modifique esta historia natural del proceso de manera positiva. Existen pocos estudios sobre la historia natural de la escoliosis y los que existen son retrospectivos y sujetos a muy diferentes criticas. Aspectos a considerar dentro de la historia natural son:
  1. Progresión de la Deformidad:
El potencial de crecimiento y algunas características de las curvas determinan el riesgo de progresión.
  • Factores de Crecimiento:
Cuanto mas joven al diagnóstico mayor probabilidad de progresión.
Existe gran riesgo de progresión en el periodo premenarquia.
A menor grado del test de Risser al diagnostico mayor riesgo de  progresión.
Los chicos tienen una décima parte de riesgo de progresión comparado con las chicas con curvas similares.
  • Características de las curvas:
Las dobles curvas tienen una mayor tendencia a la progresión que las curvas únicas.
Cuanto mayor es la curva al diagnostico mayor riesgo de progresión.
  1. Dolor Lumbar.

    La incidencia de dolor lumbar en los pacientes con escoliosis es comparable a la de la población en general. Sin embargo suele aparecer mas frecuentemente en el grupo de pacientes con escoliosis.

    Los pacientes con curvas toracolumbares y lumbares especialmente aquellos que presentan listesis laterales aquejan de dolor lumbar en mayor grado que los pacientes con otros tipos de curvas. La presencia de listesis laterales está ligada a dolor lumbar.
  1. Función Pulmonar

    Solo en las curvas torácicas existe una relación directa entre la magnitud de la curva y las repercusiones en la función pulmonar.

    La insuficiencia respiratoria está muy relacionada con el momento de aparición de la escoliosis, así las escoliosis de comienzo precoz suelen provocar insuficiencias muy severas que amenazan la vida del paciente. El sistema alveolar está totalmente formado a los 8 años de edad, toda deformidad que aparezca en los primeros años puede interferir con la formación de aquel, formándose un menor numero de alvéolos y por tanto una menor capacidad pulmonar.
     
  2. Mortalidad.

    El índice de mortalidad de la escoliosis idiopática es comparable al de la población en general.

    Estudios previos habían presentado una exagerada mortalidad debida a la escoliosis.

    Sólo los pacientes con curvas importantes tienen un mayor riesgo de muerte por cor pulmonale y fallo ventricular derecho.
     
Tratamiento

Una vez diagnosticado de escoliosis, hay varias premisas a tener en consideración a la hora de plantear las opciones de tratamiento:

• Madurez ósea; valorar si la columna todavía tiene potencial de crecimiento o no.
• Grado y magnitud de la curvatura; cómo afecta la forma de vida del paciente.
• Localización de la curva - según La Scoliosis Research Society , las curvas torácicas es más probable que progresen que las toracolumbares o las lumbares.
• Potencial de progresión - los pacientes que tienen grande las curvas antes del brote de crecimiento de la adolescencia son más propenso a sufrir una progresión de la curva.
 
Hay tres opciones de tratamientos básicos para la escoliosis:
  • observación,
  • corsé,
  • cirugía.
Observación
La observación es adecuada para las curvas pequeñas, que tienen un bajo riesgo de progresión, y las curvas con una historia natural favorable al término del crecimiento. Estas decisiones se basan en la historia natural prevista de una curva dada. Por ejemplo, si es su niño diagnosticado con una curva de 25 a 40 grados y ha terminado el crecimiento ( chico mayor de 17 años, o chica mayor de 15), entonces la observación es adecuada. Estadísticamente estas curvas con riesgo bajo de progresión, no es probable que causen problemas en la edad adulta. Para el seguimiento se harán radiografías anuales hasta la terminación del crecimiento. En la edad adulta se harán radiografías cada 5 años o si hay síntomas.
Las curvas de menos de 20° no precisan tratamiento y se deberá hacer controles radiográficos hasta la maduración ósea.
Las curvas entre 25º y 30º en un niño con escasa maduración ósea, hay que vigilar de cerca la evolución por que tiene muchas posibilidades de progresión.
Si hay entre 5° y 10° de progresión se deberá observar y documentar el crecimiento que queda ya que muchas de estas curvas especialmente en la etapa post-puberal no progresa. Si el niño ya se encuentra al final de la maduración ósea (niñas a partir de 13-14 años con niños a partir de 15-16 años) no es necesario colocar corsé porque la curva y ya no evoluciona significativamente.
Corsé
El objetivo del tratamiento con corsés es que las curvas pequeñas permanezcan pequeñas.

Los corsés sólo sirven para prevenir la progresión de la deformidad y deben utilizarse en pacientes en crecimiento con el fin de estabilizar deformidades estéticamente aceptables hasta que aquellos alcancen la madurez esquelética

Indicaciones:
viñetaLos pacientes deben ser esqueléticamente inmaduros, (Risser 0-2), premenárquicas o hasta un año postmenárquicas.
viñetaEl tratamiento debe de comenzar de forma inmediata en aquellos pacientes inmaduros y con curvas entre 30-40º. En aquellos pacientes con curvas entre 20-30º se iniciará el tratamiento con corsé cuando se haya confirmado una progresión de 5º.
viñetaEl aspecto de la espalda del paciente debe ser estéticamente aceptable ya que poco se gana si la estética del mismo es inaceptable en la primera.
Premisas:
viñetaEl corsé debe estar perfectamente realizado. (Necesidad de un buen Ortésico).
viñetaEl/La paciente debe de aceptarlo.
viñetaEl corsé debe de utilizarse el tiempo necesario. (Mínimo 17h desde el inicio).
Los corsés ortopédicos son útiles para evitar la progresión de las curvas en niños con curvas entre 25 a 40 grados. Si estos niños tienen ya curvaturas de estas magnitudes y todavía tienen una cantidad substancial de crecimiento esquelético, está indicado el uso de corsé. Es importante tener en cuenta que el corsé sirve par evitar la progresión de la curva, no el hacer que la curva desaparezca o disminuya. En muchos casos esto no se consigue, pero el objetivo básico es que la deformidad no produzca restricción de las actividades de la vida diaria. Esto significa llegar a la maduración ósea con una curvatura que no supere los 45º a 50 °.

Hay diversos tipos de corsés utilizados en las escoliosis del adolescente.
El corsé de Milwaukee es muy utilizado par las curvas torácicas altas. Tiene unas barras metálicas externas que se apoyan en la barbilla y en la nuca. Estos corsés hacen su función debido a que el niño intenta despegar la barbilla del tope anterior, y apoyándose en el tope posterior, realiza un estiramiento activo de la columna. Esta indicado en niños menores de 10 años ya que permite el correcto desarrollo de la caja torácica.
Otro tipo de corsé es el corsé TLSO (thoracic-lumbar-sacral orthosis). Estos corsés también se llaman corsés “de bajo perfil” o corsés " por debajo del brazo". No son tan grandes o aparatosos como el corsé de Milwaukee, ya que los corsés de TLSO utilizan materiales plásticos amoldados al cuerpo del paciente.
El corsé de Boston cubre desde abajo del pecho hasta el principio de la pelvis por delante y desde debajo de los omóplatos al cóccix en la parte posterior. El diseño del corsé fuerza el área lumbar a la flexión, y empuja hacia adentro el abdomen y aplana la curva lumbar posterior. Los cojines de presión también se colocan estratégicamente a lo largo de la curva.
Otra opción de corsé es el Charleston Bending Brace. Este corsé se moldea para conformarse con el cuerpo del paciente mientras que él o ella está flexionado/a contra la curva (hacia la porción redondeada-hacia fuera de la curva). Este corsé se usa solamente en la noche mientras que el paciente está durmiendo, así "sobrecorrige" la curva durante ocho horas al día.
Aunque los estudios apoyan el uso de corsés en adolescentes con curvas en riesgo de progresión, hay discrepancias sobre cuáles son las indicaciones adecuadas para cada tipo de corsé, y cuánto tiempo se debe usar corsé. No obstante, según varios estudios sobre el uso de corsés, se ha demostrado que es útil par evitar la progresión de la curva en cerca del 80 por ciento de niños con escoliosis.
Mientras que se requiere un periodo corto de adaptación al corsé para los adolescentes, muchos estudios demuestran la gente joven lleva una vida bastante normal. Pueden participar en actividades deportivas y llevar una vida social bastante normal, independientemente del tipo de corsé que usen.
Otras alternativas no quirúrgicas
Se puede hacer una lista interminable de opciones de tratamiento alternativo, pero sólo unos pocos han superado las pruebas basadas en la evidencia científica. Muchos estudios han demostrado la ineficacia del: ejercicio, manipulación, estímulos eléctricos, meditación o medicamentos. Si bien el ejercicio es beneficioso para mantener un buen tono muscular y una buena función pulmonar y cardiaca, no hay evidencia de que tenga efecto en la progresión de la curva; sin embargo puede ayudar a reducir el disconfort.
Tratamiento Quirúrgico.

Indicaciones:
 
viñetaCurvas Torácicas:
Indicación principal:
  • Curvas de 45º. (Historia natural).
  • "Zona gris": Curvas entre 40- 45º. (Estética, dorso plano).
  • Curvas < 40º: por lo general no existe indicación quirúrgica.
  • (Valorar lordosis torácica)
viñetaCurvas cervicotorácicas o Torácicas altas:

Pueden producir una deformidad importante que los corsés no pueden controlar. Pueden necesitar artrodesis a los 20°.
 
viñetaCurvas lumbares y componente lumbar de dobles curvas:

Gran controversia en su tratamiento
Mayor necesidad de confirmar progresión de la curva.
Posibilidad de progresión y dolor en la vida adulta.
 
viñetaCurvas Toracolumbares:

Gran potencial de problemas en la vida adulta. Curvas con gran capacidad deformante. Deben artrodesarse a los 40-45°.
Principios del tratamiento quirúrgico.
viñetaCorregir la curva.
viñetaEquilibrar la columna.
viñetaConseguir estabilidad
viñetaArtrodesar los menos segmentos posibles.
Consideraciones Terapéuticas:
viñetaGrados de deformidad
viñetaDesequilibrio.
viñetaRotación.
viñetaDesviación apical
viñetaProximidad a la madurez esquelética
viñetaProgresión a pesar del tratamiento con corsé.
viñetaFunción pulmonar.
viñetaCurva única o varias.
Elección de los niveles de artrodesis.
viñetaInclusión de las vértebras neutras.
viñetaValoración de la vértebra estable.
viñetaSacrificar niveles lumbares en aras del equilibrio.
“Resultado quirúrgico Ideal":
viñetaV.I.I centrada sobre el sacro en el plano frontal.
viñetaV.I.I. neutra.
viñeta V.I.I. horizontal a la pelvis si aquella es L3 o inferiores.
viñetaC7 centrada sobre el sacro en el plano frontal con los hombros equilibrados.
viñetaMínimo numero de vértebras lumbares artrodesadas.
viñetaPlano sagital normalizado.
(V.l.l.= Vértebra inferior instrumentada)
Instrumentaciones
  1. Posteriores:

    Fuerzas Aplicadas
  • Distracción de la concavidad
  • Compresión de la convexidad.
  • Traslación vertebral hacia la línea media
  • “Rotación” (Torsión) Vertebral: Movimiento tridimensional que mediatiza la columna, la desplaza en cifosis y la rota sobre su propio eje.
Tipos
  • Clásica: Harrington
  • Modernas: CD, TSRH, ISOLA, etc.
  1. Anteriores:

    Fuerzas aplicadas
  • compresión de la convexidad
  • rotación vertebral
Tipos
  • Clásica: Dewyer
  • Modernas: Zielke, TSRH, USS, etc.
     



ESCOLIOSIS CONGÉNITA
 
El pronóstico de progresión depende de:
  • Tipo de la deformidad.
  • Localización.
  • Edad del paciente en el momento del comienzo.
Un bloque vertebral no suele cursar una deformidad progresiva.

Las hemivértebras pueden tener los discos abiertos a ambos lados, y entonces se llaman vértebras segmentadas. Las que tienen un disco abierto se llaman semisegmentadas. La existencia de un disco abierto conlleva una placa de crecimiento, lo que puede predecir el progreso de la curva.

Las barras unilaterales no segmentadas son causa frecuente de deformidad congénita progresiva y debe ser tratada con artrodesis.

La RNM Es de utilidad como método diagnóstico en todos los pacientes que van a ser tratados quirúrgicamente y en todas las deformidades de columna que presenten dolor, alteraciones neurológicas o lesiones cutáneas con vello.

El tratamiento quirúrgico depende de la severidad de la escoliosis y de la edad del paciente. Cuando se trata de una escoliosis congénita progresiva se recomienda artrodesis posterior tanto en el lado de la convexidad como de la concavidad, tan pronto como se pueda.
En los casos en que hay una lordosis asociada se recomienda artrodesis anterior y posterior.
Otras indicaciones de artrodesis anterior
1. Deformidades con un alto riesgo de progresión conocido, como ocurre cuando se asocia una barra o una hemivértebra en la convexidad;
2. Deformidades severas (>50º) ya que tienen riesgo de que se produzca efecto cigüeñal si solo se realiza artrodesis posterior.
3. Progresión secundaria al efecto cigüeñal de una curva previamente artrodesada.
 
Pacientes con una hemivértebra aislada. Dos técnicas:
1. Hemiepifisiodesis. El candidato ideal es el niño de menos de 5 años, con una curva corta menor de 70ª y sin excesiva lordosis y cifosis acompañante.
2. Hemivertebrectomía. Es de elección cuando se localiza en L5.

CIFOSIS CONGÉNITA

Puede estar causada por un fallo en la segmentación o formación
En la cifosis menores de 55º en niño menor de 5 años puede ser útil la artrodesis posterior aislada. Si la deformidad es mayor debe realizarse una artrodesis anterior y posterior.